domingo, 13 de diciembre de 2015

Sólo los departamentos de arte están a la altura


Las adaptaciones de las clásicas historias de terror son muy populares, en especial entre los jóvenes. Ejemplos notorios de estás mismas son I, Frankenstein, Seventh Son, The Dracula: Untold o Victor Frankeinstein; todas ellas tienen algo en común: son adaptaciones de historias clásicas, tienen matices similares, incluso guiones similares así como héroes similares pero...han sido un gran fracaso; tal vez no en taquilla pero si por lo menos debido a que no son más que mercadotecnia que mediante el uso de actores relativamente reconocidos logran atraer una cantidad considerable de personas a sus salas. 

Lo interesante de estás producciones radica en el hecho de que sus diseños de arte son formidables; el arte conceptual es una maravilla e incluso en las películas lo podemos ver. Los efectos y el maquillaje son muy bien empleados haciendo difícil distinguir de una de estos largometrajes un videojuego de última generación. 

Probablemente esta sea la estrategia principal para atraer a los espectadores a sus salas, pues es bien sabido que a la gente le gustan los efectos especiales y seres míticos. Tal vez esta sea la nueva formula para lograr un éxito sin importar la historia o el guión pero dando mucho trabajo al director de arte y a los maquillistas. 

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